Su cascara es carminativa y tónica.
Contiene vitaminas A, C, B2, B3, B6, B12 y PP, calcio, fosforo magnesio,
hierro, sodio potasio, silicio, azufre, cloro, ácidos: cítrico, málico, fórmico
y oxálico. Las flores del limón son ricas en polen, hormonas vegetales, vitaminas
y minerales. La corteza del fruto contiene abundante vitamina P.
El limón es el más poderoso desinfectante
que posee la humanidad. En higiene personal, tradicionalmente se usa como
desodorante y pasta dental. El doctor Nicolás Caro describe más de 170
propiedades medicinales, la más reconocida es su acción antiescorbútica.
Es famosa la cura del limón presentada
por neurópatas para los males hepáticos y del a vesícula biliar (activa las
secreciones). El limón corta la gras de las comidas, aumenta la secreción del
jugo gástrico, fortalece el estómago, es anti flatulento, cura las diarreas y
las encías que sangran, desinfecta heridas, destruye residuos metabólicos y
elimina toxinas de la sangre y gastrointestinales.
Es un poderoso neutralizante de
la acidez de la sangre al transformarse en el organismo en sustancia alcalina.
Purifica y fluidifica la sangre, combate la arteriosclerosis, da maleabilidad a
los vasos sanguíneos, baja la presión arterial, alivia los dolores de cabeza, vértigos
y mareos, afecciones nerviosas, reumatismo y tuberculosis.
En golpes se masajea la piel con
limón, en inflamaciones, o enconos, se usa soasado. Para bajar la fiebre se
colocan partidos debajo de las axilas, cambiándolos permanentemente. Se usa
para las afecciones de la garganta y de los bronquios. Los sabañones se pueden
tratar con limón caliente.
La infusión de la cáscara elimina
parásitos, facilita la digestión, elimina flatulencias y tonifica los nervios;
las hojas tienen efectos sedantes y antiespasmódicos. Los limones entre más
verdes son más ácidos y la recomendación es consumirlos maduros. Hay personas
muy sensibles a sus ácidos y no los pueden metabolizar bien; los que padecen artritis
deben consumirlo con moderación.
Sus propiedades se aprovechan al
máximo al licuar un limón con su cascara, sin semillas, en un vaso con agua. En
Colombia se preparan distintas concentraciones de limón; para preparar una
limonada basta una pizca de la sustancia, pues mantiene intactas sus características
organolépticas. También se produce en extracto.
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