La cebolla pertenece a la familia de las liliáceas. Es una planta de gran utilidad para mesa y cocina. Es de gran poder alimenticio y medicinal. Fue venerada por los antiguos egipcios y los romanos. El bulbo, de varias clases, cabezona o larga, se le conoce por sus diferentes formas y colores.
La morada tiene una mayor concentración de sus propiedades, por sus principios activos especiales que sanan y evitan distintas enfermedades. Cura el mal funcionamiento de todos los órganos del cuerpo: riñones, sangre, hígado, próstata, corazón, estomago, e intestino. Tiene propiedades diuréticas depurativas, desinflamantes, antibiótica y antiséptica.
Desinfecta todo el organismo. Favorece la restauración de la sangre y cura la anemia. En los países orientales creen que previene el cáncer. Como tónico, regenera y vigoriza el organismo, favorece los ojos debilitados, fortalece la actividad del cerebro y el insomnio, regenera células nerviosas.
Provoca la secreción de jugos gástricos, normaliza la digestión, elimina las flatulencias, es útil para las hemorroides. Ayuda a fortalecer el ritmo del corazón y fortalece la tensión. Es beneficiosa para los casos de arteriosclerosis, crea un efecto hipotensivo. Depura la sangre de toxinas, albúminas, del ácido úrico, uricemias y toxemias, la vuelve fluida y pura.
Cuando se tiene las manos y pies fríos, la cebolla es especialmente útil para calentarlos. Muy provechosa para aquellos individuos que se hallan en estado de shock. La cebolla contiene calcio, hierro potasio (alta concentración), silicio, fósforo, sodio, magnesio, manganeso, yodo, cloro, azufre, flúor, sílice y las vitaminas A, B1, B2, B3, C, G y E.
Contiene, además, proteínas, albuminas, enzimas, pectinas, esencias volátiles, ácidos orgánicos, la hormona o insulina vegetal y germanio, un regenerador celular de notables resultados curativos. Alivia afecciones de la vejiga, impotencia, combate la hidropesía, eliminando los líquidos retenidos.
Su propiedad antiséptica se la da el contenido de azufre. Desinfecta de mucosidad las vías bronquiales y las estimula e igualmente, las urinarias. Con la cebolla se pueden tratar amigdalitis y laringitis. Mejora los problemas de la próstata.
Es renovador su papel en la diabetes, por las propiedades de la hormona vegetal que posee. Estimula las células productoras de insulina en el páncreas, la cual interviene en el metabolismo de los glúcidos regulando el azúcar en la sangre.
La cebolla junca o de tallo, se elabora como vermífuga en un cocimiento junto con raíces y hojas para expulsar lombrices y parásitos intestinales, es laxante moderada. Igualmente, el zumo es un remedio eficaz contra los sabañones, la sordera y el zumbido de oídos, lo mismo que para los orzuelos. En el reumatismo y neuralgias, se puede aplicar externamente en emplastos, soasada. Se coloca entre los dedos de los pies para bajar la fiebre.
Aplicada en cataplasmas y soasada cura heridas, abscesos, forúnculos y llagas. Se corta cerca de la raíz la cebolla para un mejor efecto curativo. Para picaduras de insectos se aplica asada y mezclada con miel. Se retira su olor de las manos, frotando un poco de apio o perejil.
La cebolla actual como un catalizador y aumenta la eficacia al mezclarse con jugos, verduras y hierbas. Combinada con ajo, zumo de limón y lechuga, ejerce poderosos resultados purificadores.
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